A MI ABUELO

Este fue mi último adiós a la primera persona cercana que no volvió:

¿Alguna vez habéis tenido miedo de no existir? ¿De ser olvidados? ¿De no ser recordados?

Cuando una humilde persona, sale sin temor a la andadura, con su antiguo sombrero de paja y su pequeño pero esbelto bastón de madera, olvida volver la mirada… Se olvida de sonreírle a aquel minúsculo pedazo de carne que late con firmeza. Dejando atrás un mar de recuerdos, que otros intentar borrar para no sufrir en silencio. Olvida decir adiós. Abuelo, me despido de ti.

Espero que antes de cruzar esa idílica línea blanca sepas que aquí queda una pequeña niñita, la cual no supera el metro diez, con rizadas colas y paletas separadas que necesita su último achuchón. Espero también creer que tu bienaventurada cabeza no me confunda como de costumbre. Y espero aún más que justo en el momento en el que te has dignado a levantar tu fría y firme mano entre las líneas de un cálido sol de abril, te hayas fijado en esas tres margaritas que con esfuerzo y valor has plantado, cultivado, querido…Que sin la ayuda de tu inigualable compañera no hubieses sido capaz de haberlas convertido en lo que son hoy.

Agitaste tu terca mano de la manera más rápida posible, tanto que no fui capaz de devolverte el adiós, o mejor dicho el hasta luego.

Ese nos veremos pronto permanece, lo sostengo con fuerza porque temo perder tu recuerdo, porque poco a poco veo que si no lloro tu despedida, mientras de espaldas caminas con desdén, borro tu rostro de mi incrédula mente. Y no quiero. Y no debo.

Pero te vuelves a girar y esta vez sabiendo ambos que será la última vez que lo harás. Y te entristece, y a mí aún más. Y aunque tú compañera persista, tus tres margaritas comienzan a marchitarse, lentamente, tras la sombra que dejas.

Finalmente, tu galante mirada, esa indefinida mirada repleta de antiguas historias de la mismísima etapa de franco, nos revela, a todos, cuanto amor eras capaz de dar, y cuanto amor has dejado por dar.

Juan Carvajal Carvajal, abuelo, padre, marido, amigo, guardia civil y persona. Persona honrada que hace unos días nos ha dejado, elegante como los que más, e irremplazable. Total e infinitamente irreemplazable.

Te quiere, Tu nieta.