A TIEMPO FUTURO
- Lucía López
- 7 jul 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 dic 2022
Tomar decisiones nunca ha sido nuestra mayor virtud. Siempre hemos derivado lo que pensamos, lo banal, a otras personas.
¿Qué comemos hoy?
¿Dónde vamos?
¿Qué te apetece hacer?
Pero estas preguntas se van transformando a medida que el tiempo nos devora y se convierten en algo que representa la voluntad. Tu voluntad.
Comienzas a pensar en la respuesta que te vincula con el deseo de saciarlo. Comienzas a ver mas allá de las palabras y empiezas a darle forma a lo que realmente quieres decir, porque tienes mil cosas que contar y nunca te diste la oportunidad de contarlas ni contárselas a nadie.
Entonces, somos conscientes que no solo cambian las preguntas y la intensidad con la que se pregunta. Se alternan los hechos, las personas y la perspectiva con la que miras al mundo. Un mundo que pretende seguir en movimiento, aunque no seas capaz de reaccionar a tiempo, a un tiempo futuro. Porque se avanza y se intenta avanzar con las decisiones que vamos tomando, algunas buenas, otras no tanto. Pero se aprende, de las buenas se disfruta, y de las otras, solo nos queda esperar para no volver a equivocarnos.
Llega el momento de decir adiós a una amistad que creías eterna,
Por el hecho de no saber querer lo suficiente o quizás de no querer hacerlo.
Te olvidas de personas que quieren seguir en tu vida,
Pero decides darles el lugar que merecen.
Divides tu esfuerzo para poder levantarte cada mañana,
Buscando en el amanecer una sonrisa.
Creemos que todo esto es suficiente y solo es una parte muy pequeña de todo lo que somos.
Nunca acabamos por decidirnos entre lo que queremos y lo que necesitamos. Pero se sigue buscando, se sigue preguntando. No para tener la respuesta correcta sino para hacer la pregunta adecuada.
Lo que se dice y lo que dejamos por decir, porque tanta verdad hay en las palabras como en el silencio que no somos capaces de escuchar.
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