División sexual del trabajo
- Lucía López
- 7 mar 2021
- 2 Min. de lectura
El desarrollo económico en una sociedad se basa en tres factores básicos, el lugar, la actividad a desarrollar y las personas. Así es como la economía clásica desarrolló la clasificación tripartita de los factores de producción (tierra, trabajo y capital). Podemos observar que desde ese punto de vista surgieron nuevas ideas que fueron evolucionando con el tiempo, a medida que los acontecimientos le daban forma a la economía global. Por un lado, cuando hablamos del lugar (tierra) nos centramos en conceptualizar donde se va a trabajar, que recursos se van a utilizar y cual de ellos pueden ser los mas productivos. Por otro lado, la actividad a desarrollar (trabajo), cuando se presenta este concepto intentamos focalizar el tema hacia la contabilización del tiempo que el trabajador destina a su actividad. Por ultimo, las personas (capital humano), nos centramos una vez mas en el papel tan recurrente que tienen las personas en el desarrollo económico. La calidad, el grado de formación y la productividad que derivan de las personas constituyen el nivel de avance que una sociedad es capaz de crear.
Según un estudio económico realizado por la revista Slate, se entiende que el desarrollo económico es mayor cuanto mas igualado sea el reparto de tiempo de trabajo entre hombres y mujeres, entre el ámbito laboral y el doméstico. Es decir, la equidad es capaz de proporcionarnos la eficiencia que necesitamos en ambos entornos.
La sociedad se fundamenta en generar unos prejuicios y en vender unas etiquetas que ya no existen. Estamos ante una diversidad auténtica que es capaz de diferenciarse de aquellos tiempos en los que se vivía para trabajar. La división que se ha generado entre las actividades que un hombre puede realizar y las que una mujer no, es sustancialmente errónea. Intentamos formalizar la idea que esta teoría nos propone, cualquier persona es capaz de realizar cualquier tipo de trabajo si presenta las aptitudes y las habilidades adecuadas para hacerlo. Hacer un seguimiento de quien si y quien no puede ejecutar las actividades profesionales que se le presentan recae en la elección de un personal cualificado que sepa verdaderamente valorar la efectividad de las competencias profesionales.
Las trabajadoras extranjeras representan una minoría relevante, y esto les dificulta la posibilidad de acceder al mundo laboral. Poco a poco, a paso lento pero firme la situación posibilita su inserción, no solo en el ámbito laboral sino en el social. La diferenciación con la que han tenido que conformarse ha generado el intento de seguir participando en el mundo no como meras espectadoras sino como iguales.
Comments